por fernando salas pineda
Publicado en la Revista Ibiut.
Publicado en la Revista Ibiut.
El pasado día 12 de Abril, Domingo de Ramos, se convocaba a los Ubetenses, por el Ayuntamiento y le Agrupación de Cofradías, para la inauguración del monumento a Francisco Palma Burgos, según rezaba en los carteles anunciadores.
Serie imprudente, por parte de los que conocemos la realidad del hecho, que dejáramos pesar a la Historia de Úbeda la noticia sal como o reflejada, con los errores de apreciación que contiene.
El busto, que no monumento, que se ha colocado en un jardincillo, aprovechando la esquina angular que tras la Iglesia de san Isidoro en la Plaza del Cronista Muro, no pertenece a ninguna intención de perpetuar la memoria del más grande artista, no sólo imaginero, que ha pasado y quedado en Úbeda en este siglo XX, ya que éste fue realizado en el afro 1976 por José María Palma Burgos, atendiendo al encargo de quienes en aquel momento homenajearon en vida a Paco Palma.
Por entonces al busto fue colocado en el recinto de los Honrados Viejos del Salvador, antigua Casa de Cofradías, pasando luego a la actual, hasta el referido día en que lo han querido convenir en monumento.
La palabra inaugurar significa, entre algunas de sus acepciones, dar principio con solemnidad, celebrar el estreno de un edificio o monumento. Por lo que parece, nada de ésto ha sucedido, no se ha dado principio ni se he podido estrenar algo pasado, mas bien, y para sentir un deber cumplido, han cubierto el expediente y acallado la obligación.
Confío plenamente en que la deuda que Úbeda tiene con Francisco Palma Burgos, no quede saldada con tan minúsculo hecho, y los verdaderos amantes del arte sepan reunir esfuerzos, para que la figura de este genial hombre tenga presencia en nuestra ciudad, no sólo con su espíritu sino con recuerdos imborrables, estímulo para los de hoy y para los de mañana.
A Paco Palma, amante de Úbeda hasta el final, que de su barro creó al hombre y el hombre volvió a su barro, tenemos que perpetuarlo de manera grandiosa, o seremos el hazmerreir de la historia cuando formé parte brillante de ella y no hayamos sabido unirlo también a la nuestra.
Por entonces el arte grande tendrá que hacer posada en Úbeda y detenerse ante la escultura e imaginería, ante la gubia pintura impresionista del maestro a través de las alta muestras que sus gubias y pinceles magistrales han dejado entre nosotros.
Darle el valor justo y necesario a la figura del Escultor-Imaginero y Pintor Francisco Palma Burgos es revalorizar cuento de él poseemos.
Vamos de verdad a inaugurarle con calidad, grandeza y difusión, un monumento, poner su nombre a cualquiera de las calles por las que paseó, y ese busto, que tiene también su historia, puede ser la cabecera ideal de un sencillo mausoleo en el campo santo, y más adelante, pero sin olvidarlo, una casa, que contenga a modo de museo, su espíritu, su genio y bohemia, retales de su arte, su vida y simpatía...
¿Quién quiere unirse a estas iniciativas?
Serie imprudente, por parte de los que conocemos la realidad del hecho, que dejáramos pesar a la Historia de Úbeda la noticia sal como o reflejada, con los errores de apreciación que contiene.
El busto, que no monumento, que se ha colocado en un jardincillo, aprovechando la esquina angular que tras la Iglesia de san Isidoro en la Plaza del Cronista Muro, no pertenece a ninguna intención de perpetuar la memoria del más grande artista, no sólo imaginero, que ha pasado y quedado en Úbeda en este siglo XX, ya que éste fue realizado en el afro 1976 por José María Palma Burgos, atendiendo al encargo de quienes en aquel momento homenajearon en vida a Paco Palma.
Por entonces al busto fue colocado en el recinto de los Honrados Viejos del Salvador, antigua Casa de Cofradías, pasando luego a la actual, hasta el referido día en que lo han querido convenir en monumento.
La palabra inaugurar significa, entre algunas de sus acepciones, dar principio con solemnidad, celebrar el estreno de un edificio o monumento. Por lo que parece, nada de ésto ha sucedido, no se ha dado principio ni se he podido estrenar algo pasado, mas bien, y para sentir un deber cumplido, han cubierto el expediente y acallado la obligación.
Confío plenamente en que la deuda que Úbeda tiene con Francisco Palma Burgos, no quede saldada con tan minúsculo hecho, y los verdaderos amantes del arte sepan reunir esfuerzos, para que la figura de este genial hombre tenga presencia en nuestra ciudad, no sólo con su espíritu sino con recuerdos imborrables, estímulo para los de hoy y para los de mañana.
A Paco Palma, amante de Úbeda hasta el final, que de su barro creó al hombre y el hombre volvió a su barro, tenemos que perpetuarlo de manera grandiosa, o seremos el hazmerreir de la historia cuando formé parte brillante de ella y no hayamos sabido unirlo también a la nuestra.
Por entonces el arte grande tendrá que hacer posada en Úbeda y detenerse ante la escultura e imaginería, ante la gubia pintura impresionista del maestro a través de las alta muestras que sus gubias y pinceles magistrales han dejado entre nosotros.
Darle el valor justo y necesario a la figura del Escultor-Imaginero y Pintor Francisco Palma Burgos es revalorizar cuento de él poseemos.
Vamos de verdad a inaugurarle con calidad, grandeza y difusión, un monumento, poner su nombre a cualquiera de las calles por las que paseó, y ese busto, que tiene también su historia, puede ser la cabecera ideal de un sencillo mausoleo en el campo santo, y más adelante, pero sin olvidarlo, una casa, que contenga a modo de museo, su espíritu, su genio y bohemia, retales de su arte, su vida y simpatía...
¿Quién quiere unirse a estas iniciativas?
