Fue enterrado en Úbeda el escultor Francisco Palma

Francisco Palma Burgos, notable escultor nacido en Málaga y vinculado a Úbeda por su ingente obra, tan querido en toda la provincia de Jaén por sus trabajos de imaginería, retablos y esculturas, ha querido morir y ser enterrado en Ubeda.

En la tarde del Ma 31 de diciembre era trasladado, en estado muy grave, desde Málaga a la ciudad ubetense, falleciendo horas más tarde. Su voluntad se vio cumplida, siendo enterrado en la tarde del primer día del año en uno de los nichos del cementerio municipal perteneciente a la cofradía de Nuestro Señor de la Columna.

La capilla ardiente estuvo instalada en la casa de la Cofradía de Jesús, por la que desfilaron cientos de ubetenses, entre ellos el alcalde de la ciudad, Arsenio Moreno Mendoza. El funeral de «córpore insepulto» tuvo lugar en la iglesia de San Isidoro, constituyendo una gran manifestación de pesar. Mañana, sábado, a las siete de la tarde, se celebrará también un funeral en la iglesia de San Miguel, de los Padres Carmelitas, en el oratorio de San Juan de la Cruz, donde se encuentra presente también la obra de este artista desaparecido.

Palma Burgos contaba en su fallecimiento con 67 años de edad y su vinculación con Úbeda se debe a las numerosas obras realizadas para la mayor parte de las cofradías que realizan sus desfiles procesionales en la Semana Santa y que en el futuro recordarán la grandeza de su arte.

Biografía de un gran artista

En el libro «Ubeda: hombres y nombres«, del que es autor el ubetense Ramón Quesada Consuegra, colaborador de IDEAL, aparece una biografía bastante completa de Francisco Palma Burgos, que por su interés repro¬ucimos parcialmente, para que ayude a conocer su personalidad:
«Francisco Palma Burgos nació en Málaga en el año 1918. Escultor y pintor. Profesor de Dibujo. Es primogénito de la dinastía de Francisco Palma García, creador de la famosa «Piedad« de Málaga. Con sólo once años de estudio sorprende Palma Burgos con un retrato de Salvador Rueda digno de un gran maestro. Consecuentemente, el Ayuntamiento de Málaga le concede una bolsa de estudios. Esculpe, pinta, enriqueciéndose en el mundo del arte. Sus extraordinarias dotes se ven recompensadas con premios y medallas cada vez que participa en exposiciones y concursos. En 1938 es nombrado profesor asistente para el modelaje y escultura en la Escuela de Arte de Málaga y asesor artístico como escultor de la Junta de reconstrucción Pro-Obispado. Su inspiración creativa le lleva a participar en múltiples actividades: dirección artística de representaciones de teatro religioso español, promueve la Semana Santa de Málaga, esculpe estatuas en bajo relieve, ejecuta paisajes y retratos, como el de su padre, sencillamente fabuloso. Técnicamente es perfecto y vibrante de sentimiento. El Ministerio de Asuntos Exteriores le concede una bolsa de estudios. Estudia cuatro años en Roma, frecuenta la Academia de Bellas Artes y obtiene la graduación en 1943. Realiza el Cristo de la Buena Muerte, una de sus obras más conseguidas, que sustituye al desaparecido de Mena. El Cristo del Milagro y el Cristo de la Humildad, de Málaga, consolidan su arte. Es académico por la de Bellas Artes de San Telmo de Málaga. Expone su pintura y escultura en España y en el extrajero. Gana el Goncurso Nacional con el trono del Cristo de Medinaceli, en Madrid. Obra suya de gran valor es el crucifijo expuesto en la catedral de Munich. Procedente de Andújar, llega a Úbeda solicitado en 1945 por el conocido industrial don Julián Fernández Campos, que le patrocina. La obra de Francisco Palma Burgos en Úbeda es inmensa, única y elocuentemente extraordinaria. Nada más llegar, nada más apreciar el arte de sus piedras y saborear la reciedumbre de su historia, comienza a trabajar y de sus manos van saliendo las imágenes para la Semana Santa. Nuestro Señor en la Columna, primero, y algo más tarde el Santo Entierro de Cristo, grupo escultórico de seis figuras cuya Virgen Dolorosa es medalla de plata en la Exposición Nacional de Bellas Artes; llegan de Madrid, donde fueron creadas. Jesús en la Columna es una gran talla: parece que la imagen, en las sinuosidades y pliegues de las formas, y en el color de la piel del Cristo, está, o ha querido el autor que esté, el sol dorado de la ciudad hidalga, poniendo reflejos ocres sobre la piedra de sus monumentos.

Trabajo en Ubeda

El artista saluda con esta imagen a Úbeda y ésta, reencontrada, le abre sus puertas y brazos de par en par. Continúa trabajando. Primero en el taller de la calle Guadalquivir, luego, ya siempre, en la iglesia de Santo Domingo, que, como lugar sagrado, inspira al maestro en sus tallas de imaginería. Queda ya entrañablemente vinculado a Úbeda. En su taller de Santo Domingo nacen continuamente sus obras. Trabaja intensamente y enseña a toda una generación de alumnos, que después triunfarían en la pintura y escultura. De aquí sale el busto del alcalde don Pedro Sola, la Entrada de Jesús en Jerusalén y su suntuosa carroza, el Cristo de la Noche Oscura, la carroza de Jesús en la Columna, el trono del Santísimo Cristo de la Humildad, el de Nuestro Padre Jesús Nazareno, el de la Verónica y San Juan, Virgen de los Dolores; los tronos del Cristo de la Expiración y el de Nuestra Señora de las Angustias. El trono del Santo Entierro y la imagen del Santo Sepulcro, Jesús Resucitado y su trono, el monumento a San Juan de la Cruz, inaugurado el 24 de noviembre de 1959. El grupo escultórico de la fachada principal de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, San Juan de la Cruz yacente, la Virgen del Despeñaperros, con los tributos de la paz: la paloma y el olivo. El Cristo de Ribadelago, los retablos del Perpetuo Socorro, en San lsidoro; el de San Nicolás, que es un tríptico de base gótica con arreglo al orden arquitectónico del templo, inaugurado el 13 de noviembre de 1957; el de la capilla del Santo Entierro, el del santuario del Gavellar, las pinturas y el altar de la basílica de San Juan de la Cruz... y tantas obras más que escapan al recuerdo. Francisco Palma Burgos triunfa plenamente en Úbeda, y ésta, agradecida, le tributa un homenaje que se celebra en el Parador Nacional de Turismo del Condestable Dávalos organizado por la Peña Taurina, las cofradías de Semana Santa y una nutrida relación de amigos, alumnos y admiradores y que se celebra el día 1 de mayo de 1955. Pero Paco Palma, como te tratan los amigos, ya piensa en Italia. Su arte, sus grandes cualidades tienden de nuevo a ser conocidas en el extranjero. Y en 1961 el artista, emocionado, sabiendo que en Úbeda deja su alma y su pensamiento, marcha a Italia y se establece cerca de Viterbo; en Gastel Sant´ Elías. Allí, algo más tarde, ya reconocido su arte, consigue la primera medalla de oro de la ciudad.

Vuelve a España en 1962 y el 15 de junio expone en la Casa de Málaga de Madrid una serie de acuarelas y lienzos de Italia. Este mismo año, en septiembre, lo hace en Ubeda. En 1963 expone sus óleos en Málaga, en una exposición dedicada a la memoria de su padre. Y dos años después, en 1965, muestra al público de Granada sus trabajos. Lo hace en una exposición de paisajes urbanos en la «Galería Larios,

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Rafael Poyato Crespo

Al hombre que encarna con su gubia maravillosa, la imagen de lo que siente su alma gigantescamente noble.

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