publicado en la Revista la Saeta,
Editada por la Agrupación de Cofradía de Málaga. 1987.
Durante el pasado mes de Diciembre, y organizados por la Pontificia y Real Congregación del Santisímo Cristo de la Buena Muerte y Animas y Nuestra Señora de la Soledad, tuvieron lugar los actos programados en homenaje al insigne imaginero malagueño Francisco Palma Burgos (q.e.p.d.), con motivo del segundo aniversario de su muerte.Editada por la Agrupación de Cofradía de Málaga. 1987.
El Sábado día 12, y en el Salón de Actos del Museo Diocesano de Arte Sacro, se celebró con gran asistencia de público una Mesa Redonda sobre la figura humana y la obra del escultor desaparecido. Moderados por el Secretario General de la Congregación, Elías de Mateo, un grupo de amigos personales y de estudiosos de la obra de Paco Palma, intentaron arrojar un poco de luz sobre la vida y actividad de un malagueño desconocido de muchos de sus paisanos. Emotiva resultó la presentación del acto, a cargo del escritor y periodista Juan Antonio Rondo, que trazó con acertadas palabras, la fuerte personalidad de hombre de bien del homenajeado. El Consejero de la Congregación Esteban Pérez Bryan, junto al Hermano Mayor de la Cofradia de la Amargura, Carlos Rueda Cassola y el escritor Manuel Téllez Laguna, aportaron una rica colección de anécdotas y vivencias personales del artista, desconocidas del gran público. Por su parte, los profesores de Historia del Arte de la Universidad, José Miguel Morales y Agustín Clavijo, encuadraron acertadamente la obra y la evolución estilística de Paco Palma dentro de la corriente imaginera andaluza contemporánea, seguidora de la técnica y de los postulados estéticos del Barroco. Tampoco faltaron a la cita sendas representaciones de Hermandades y Cofradías de Almería y Ubeda, Ciudad, ésta última donde residió en sus últimos años donde descansan sus restos mortales y donde trabajó intensamente.
El domingo día 13, el homenaje revistió un marcado matiz religioso. En la Capilla de la Congregación, tuvo lugar una Eucaristía concelebrada en sufragio del alma del artista. Participó en ella una gran cantidad de congregantes, autoridades y público en general, contándose, además con el acompañamiento musical de la Banda de la Legión. Finalizada la Misa, se procedió a la colocación solemne, en el Camarín sobre el madero del Stmo. Cristo de la Buena Muerte de una gubia de plata como homenaje y recuerdo a su autor. Asismismo, fueron depositados en una hornacina los restos de la primitiva talla del Cristo -una pierna y un pie que logró salvar de los luctuosos sucesos de Mayo de 1931 el fundador de la dinastía de los Palma, el también imaginero Francisco Palma García. La Pierna y el Pie del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Animas, obra de Pedro de Mena, fueron llevadas por Camareras de Nuestra Señora de la Soledad, desde el Altar Mayor hasta el Camarín, escoltada por jóvenes portadores de los Tronos, siendo recibida a la entrada en la Capilla por el Hermano Mayor y Ex Hermanos Mayores, de la Congregación, siendo colocada en la hornacina situada en el Camarín, 56 años después de los hechos que dieron lugar a la desaparición de primitiva Talla del Titular de la Congregación. Como culminación del actos la familia del desaparecido escultor hizo entrega a la Congregación, para que ésa la custodie, de la mascarilla en bronce con el perfil de su mano.
Cerraron el acto unas emotivas palabras del Hermano Mayor, Vicente Pineda, que explicó a los asistentes la importancia y simbología de lo realizado aquella mañana ante el Santisímo Cristo de la Buena muerte, y su Madre, la Virgen de la Soledad.
Con el canto de una plegaria al Cristo de la Buena Muerte, con letra de José María Pemán, del "Novio de la Muerte y de la "Salve Marinera", se dio por concluido un merecido homenaje que debe ser un principio y no un fin para recuperar y conocer la más importante figura de la imaginería malagueña contemporánea.
