para el Catalogo de la Exposición de Pintura en la Galería Marqués de Larios

por José Prados López *
en el catalogo de la Exposición de Pintura de la Galería Marqués de Larios, de Málaga
del 9 al 20 de septiembre

VOLVER la vista al pasado siempre es dulce, aunque suframos. Esto decíamos hace muchos años, antes de mi ausencia de Málaga, y lo repetimos ahora con ocasión de la exposición del artista malagueño Paco Palma, hijo de aquél otro Paco Palma, cuya amistad y cariño llevo metido en los entresijos del alma para toda la vida. Estoy volviendo la vista al pasado y tengo el corazón estallando de recuerdos del ayer, abrazando entre mis brazos a esta Málaga mía única, que yo veo sin rascacielos ni turistas; estoy abrazando entre mis brazos a esta Málaga mía que me habla de mi juventud, de mis amigos de entonces, de Paco Palma, el escultor magnifico que lloraba como un niño ante el Cristo de Mena, sacrificado de nuevo en un Calvario de incomprensiones; estoy abrazando a mi Málaga cantaora» recordando a mi maestro, aquel Salvador Rueda, Poeta de la Raza, pese a engreídos o a campesinos, que murió casi en olor de santidad en su celda de la Coracha, frente a la bahía malagueña y frente al cielo iluminado de Dios y de su Gracia.

Y estoy recordando a mi Málaga única, teniéndola junto a mi pecho, como a una novia, admirando a estos hermanos Palma, que yo dejé al marchar, jugando por las calles de Lagunillas, que hoy la voluntad de arriba y la sombra del padre, han hecho artistas extraordinarios.

Hoy, es Paco Palma el que enseña a Málaga su obra. José M.' ya está triunfando en Madrid muy cumplida y justamente. A los dos ofrezco mi homenaje que arranca del pasado, en este lugar de honor inmerecido, de un catálogo, que exalta los méritos, la sensibilidad, el conocimiento y el talento de Paco, el mayor, con ocasión de esta exposición de cuadros malagueños que expone en la Galería Larios, cuyo apellido de señorío está tan metido en el corazón de tos malagueños que lo sean verdaderos.

Paco Palma ha dejado en descanso sus afanes de escultor, por unos días, para pintar a Málaga con esa gracia y emoción a que estaba obligado, y su técnica, y su dibujo, y su composición afortunada hecha de espíritu, de luz, de perfumes de clavel, jazmín y nardo, de músicas de cantares nuestros, todo está logrado en la obra pictórica con la seguridad de quien se sabe dueño de su cerebro y de su corazón.

Paco Palma es un gran escultor, lo sabemos todos, pero es también pintor, enraizado en esta escuela malagueña de pintura, que tanta bendita solera tiene en nuestra historia del arte.

Todos estos cuadros que Paco Palma expone están cantando, como Salvador Rueda decía en uno de sus aciertos mejores: "canta, como ninguna ciudad del mundo". Estos cuadros están cantando la gloria de Málaga, la gloria de Paco Palma padre, la gloria del hijo, que los soñara la gloria mía, que el artista inventó para honrarme, en esta vuelta mía a la Málaga de mis años primeros.
Volver la vista al pasado siempre es dulce, aunque suframos, decíamos al principio, pero, qué privilegiado sufrimiento.

* Secretario Perpetuo de le Asociación Nacional de Pintores y Escultores
Critico de Arte del diario "Madrid" y de Radio España.